
Inteligencia Artificial (IA)
26 de septiembre de 2025
App popular en iPhone paga por grabar llamadas para IA: grave fallo de seguridad expuesto

Inteligencia Artificial (IA)
26 de septiembre de 2025
App popular en iPhone paga por grabar llamadas para IA: grave fallo de seguridad expuesto
La venta de datos personales es una realidad creciente: apps como Neon pagan por grabar y vender tus llamadas telefónicas para entrenar IA, exponiendo tu privacidad a riesgos graves. Descubre cómo funciona, sus fallos de seguridad y qué implica para tu intimidad en la era digital.
La venta de datos personales ya no es una posibilidad remota: es una realidad en pleno auge. Un ejemplo reciente lo encontramos en Spotify, donde surgió un servicio que pagaba a los usuarios por compartir su perfil y hábitos de escucha, para luego revender esa información a empresas tecnológicas. Lo que parecía un simple intercambio de datos musicales se convirtió en una transacción comercial de nuestra privacidad. Ahora, Neon lleva este modelo a un terreno mucho más delicado: las llamadas telefónicas, transformando la intimidad de nuestras conversaciones en un producto de alto valor.
Neon: convertir la voz en dinero
Neon es una aplicación que propone monetizar las llamadas telefónicas. Su lema es claro: “habla, graba y cobra”. Ofrece a los usuarios la posibilidad de ganar “cientos o incluso miles de dólares al año” permitiendo que sus conversaciones sean utilizadas para entrenar sistemas de inteligencia artificial. El atractivo de la propuesta disparó su popularidad: en pocos días, Neon se posicionó entre las tres aplicaciones más descargadas en la categoría de Redes Sociales de la App Store estadounidense.
¿Cómo funciona Neon?
El sistema de Neon es sencillo: paga 30 centavos de dólar por minuto cuando ambos interlocutores usan la app, y 15 centavos si solo uno la utiliza, con un límite de 30 dólares diarios. Además, incentiva la captación de nuevos usuarios con un programa de referidos que otorga 30 dólares por cada registro exitoso. Las grabaciones afectan siempre al emisor y, si ambos participantes usan Neon, a los dos.
Términos de uso: la verdadera letra pequeña
Más allá de los incentivos económicos, el verdadero alcance de Neon está en sus condiciones de uso. Los usuarios otorgan a la empresa una licencia “mundial, exclusiva, irrevocable y transferible” sobre sus grabaciones, permitiendo a Neon vender, modificar, crear obras derivadas y distribuir el audio en cualquier formato, presente o futuro. Además, la app incluye funciones en fase beta sin garantías ni responsabilidades en caso de fallos, lo que amplía aún más el margen de uso de los datos.
Disponibilidad y popularidad
El éxito de Neon fue tan vertiginoso como inesperado: llegó al segundo puesto entre las apps sociales más descargadas en la App Store de Estados Unidos. Sin embargo, su disponibilidad parece limitada a ese país, ya que en pruebas realizadas desde España la aplicación no aparece ni permite su descarga.
Un grave fallo de seguridad
La historia de Neon dio un giro cuando un análisis técnico reveló una grave vulnerabilidad: la app no protegía adecuadamente los datos de sus usuarios. Según TechCrunch, bastaba con crear una cuenta y analizar el tráfico de red para acceder a información de terceros. Tras la alerta, el fundador cerró los servidores y anunció una “pausa por seguridad”, sin mencionar la filtración. Los datos expuestos incluían:
Números de teléfono asociados a las cuentas
Enlaces públicos a grabaciones de audio
Transcripciones completas de llamadas
Metadatos con duración, fecha y pagos obtenidos
La exposición de estos datos permite reconstruir conversaciones privadas y asociarlas a personas concretas, abriendo la puerta a riesgos como suplantación de identidad o la creación de voces sintéticas.
Promesas y realidad
Neon asegura que protege la privacidad mediante la anonimización de conversaciones, eliminación de datos personales y venta solo a empresas verificadas. Sin embargo, el incidente demostró que estos mecanismos no son infalibles. Tras el cierre temporal, la comunicación oficial se limitó a prometer “nuevas capas de seguridad”, sin reconocer la magnitud de la filtración.
Reflexión final
La caída de Neon no resuelve la cuestión de fondo: ¿cuánto vale nuestra privacidad en la era de la inteligencia artificial? El modelo de pagar por llamadas grabadas podría replicarse en otros mercados, impulsado por la creciente demanda de datos para entrenar sistemas inteligentes. Lo ocurrido en Estados Unidos es una advertencia temprana: la comercialización de la intimidad ya es una realidad, y la decisión de participar o no recae, finalmente, en cada usuario.
Germán Huertas
Investigador Tecnológico y Pensador Independiente. #NoCode #IA
REDACTOR JEFE
FORMACIÓN
El Mejor Momento para aprender IA
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La venta de datos personales es una realidad creciente: apps como Neon pagan por grabar y vender tus llamadas telefónicas para entrenar IA, exponiendo tu privacidad a riesgos graves. Descubre cómo funciona, sus fallos de seguridad y qué implica para tu intimidad en la era digital.
La venta de datos personales ya no es una posibilidad remota: es una realidad en pleno auge. Un ejemplo reciente lo encontramos en Spotify, donde surgió un servicio que pagaba a los usuarios por compartir su perfil y hábitos de escucha, para luego revender esa información a empresas tecnológicas. Lo que parecía un simple intercambio de datos musicales se convirtió en una transacción comercial de nuestra privacidad. Ahora, Neon lleva este modelo a un terreno mucho más delicado: las llamadas telefónicas, transformando la intimidad de nuestras conversaciones en un producto de alto valor.
Neon: convertir la voz en dinero
Neon es una aplicación que propone monetizar las llamadas telefónicas. Su lema es claro: “habla, graba y cobra”. Ofrece a los usuarios la posibilidad de ganar “cientos o incluso miles de dólares al año” permitiendo que sus conversaciones sean utilizadas para entrenar sistemas de inteligencia artificial. El atractivo de la propuesta disparó su popularidad: en pocos días, Neon se posicionó entre las tres aplicaciones más descargadas en la categoría de Redes Sociales de la App Store estadounidense.
¿Cómo funciona Neon?
El sistema de Neon es sencillo: paga 30 centavos de dólar por minuto cuando ambos interlocutores usan la app, y 15 centavos si solo uno la utiliza, con un límite de 30 dólares diarios. Además, incentiva la captación de nuevos usuarios con un programa de referidos que otorga 30 dólares por cada registro exitoso. Las grabaciones afectan siempre al emisor y, si ambos participantes usan Neon, a los dos.
Términos de uso: la verdadera letra pequeña
Más allá de los incentivos económicos, el verdadero alcance de Neon está en sus condiciones de uso. Los usuarios otorgan a la empresa una licencia “mundial, exclusiva, irrevocable y transferible” sobre sus grabaciones, permitiendo a Neon vender, modificar, crear obras derivadas y distribuir el audio en cualquier formato, presente o futuro. Además, la app incluye funciones en fase beta sin garantías ni responsabilidades en caso de fallos, lo que amplía aún más el margen de uso de los datos.
Disponibilidad y popularidad
El éxito de Neon fue tan vertiginoso como inesperado: llegó al segundo puesto entre las apps sociales más descargadas en la App Store de Estados Unidos. Sin embargo, su disponibilidad parece limitada a ese país, ya que en pruebas realizadas desde España la aplicación no aparece ni permite su descarga.
Un grave fallo de seguridad
La historia de Neon dio un giro cuando un análisis técnico reveló una grave vulnerabilidad: la app no protegía adecuadamente los datos de sus usuarios. Según TechCrunch, bastaba con crear una cuenta y analizar el tráfico de red para acceder a información de terceros. Tras la alerta, el fundador cerró los servidores y anunció una “pausa por seguridad”, sin mencionar la filtración. Los datos expuestos incluían:
Números de teléfono asociados a las cuentas
Enlaces públicos a grabaciones de audio
Transcripciones completas de llamadas
Metadatos con duración, fecha y pagos obtenidos
La exposición de estos datos permite reconstruir conversaciones privadas y asociarlas a personas concretas, abriendo la puerta a riesgos como suplantación de identidad o la creación de voces sintéticas.
Promesas y realidad
Neon asegura que protege la privacidad mediante la anonimización de conversaciones, eliminación de datos personales y venta solo a empresas verificadas. Sin embargo, el incidente demostró que estos mecanismos no son infalibles. Tras el cierre temporal, la comunicación oficial se limitó a prometer “nuevas capas de seguridad”, sin reconocer la magnitud de la filtración.
Reflexión final
La caída de Neon no resuelve la cuestión de fondo: ¿cuánto vale nuestra privacidad en la era de la inteligencia artificial? El modelo de pagar por llamadas grabadas podría replicarse en otros mercados, impulsado por la creciente demanda de datos para entrenar sistemas inteligentes. Lo ocurrido en Estados Unidos es una advertencia temprana: la comercialización de la intimidad ya es una realidad, y la decisión de participar o no recae, finalmente, en cada usuario.
Germán Huertas
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