Inteligencia Artificial (IA)

28 de septiembre de 2025

Internet muerto: por primera vez hay más bots que personas en la red y su crecimiento es imparable

Inteligencia Artificial (IA)

28 de septiembre de 2025

Internet muerto: por primera vez hay más bots que personas en la red y su crecimiento es imparable

La Generación Z prefiere buscar en TikTok y ChatGPT antes que en Google, buscando experiencias auténticas de su edad. Descubre cómo la IA y los bots están transformando Internet, generando desinformación y contenido falso, y qué significa el fin del internet tradicional para usuarios y creadores.

La Generación Z está revolucionando la forma de buscar información en Internet. Cada vez más jóvenes prefieren acudir a ChatGPT y redes sociales como TikTok antes que a Google. “Busco primero en TikTok porque puedo ver experiencias de personas de mi edad, que me parecen más sinceras”, explica una usuaria. Este cambio refleja una transformación profunda en la manera en que interactuamos con la red.

El concepto de “Internet muerto” ha dejado de ser una simple teoría conspirativa para convertirse en una descripción realista del estado actual de la web. Según esta idea, desde 2016 el contenido generado por humanos ha sido desplazado progresivamente por publicaciones creadas por máquinas. La irrupción de modelos de inteligencia artificial como ChatGPT, Gemini o Apple Intelligence ha acelerado este proceso. El Instituto de Estudios Futuros de Copenhague estima que, para 2030, el 99% del contenido online será generado por IA.

Las cifras respaldan esta tendencia. NewsGuard, una empresa de seguridad digital, ha identificado más de 1.271 sitios de noticias operados exclusivamente por IA, muchos de los cuales simulan ser medios locales o especializados. Estos portales suelen difundir información falsa sobre figuras públicas, eventos inventados o noticias antiguas presentadas como actuales.

La desinformación es solo una de las consecuencias de este auge de la IA. También se distorsionan percepciones sobre gustos, opiniones e incluso tendencias políticas. El informe Bad Bot 2025, elaborado por Imperva, revela que los bots ya representan el 51% del tráfico en Internet, superando por primera vez a los usuarios humanos. Esto significa que menos de la mitad de los mensajes, publicaciones e interacciones en la red provienen de personas reales.

Esta realidad nos obliga a cuestionar la autenticidad de los comentarios, reseñas y recomendaciones que consumimos a diario. ¿Son genuinas las opiniones sobre productos o películas? ¿Podemos confiar en la popularidad de un vídeo o una canción? La proliferación de bots y contenido automatizado ha creado una red donde la autenticidad es cada vez más difícil de identificar.

La divulgadora Ophelia Pastrana ilustra este fenómeno con un ejemplo cotidiano: un profesor pide a ChatGPT ideas para tareas, los alumnos resuelven esas tareas con ChatGPT y el profesor las corrige usando la misma herramienta. Máquinas interactuando entre sí, con los humanos cada vez más al margen.

En redes sociales como Facebook, el “AI slop” —contenido de baja calidad generado por IA— se multiplica, generando miles de interacciones falsas y simulando comunidades inexistentes. El objetivo no es informar ni entretener, sino captar clics, ya sean de personas o de otros bots. Un creador de contenido en Kenia, entrevistado por la revista New York, administra más de 170 páginas de Facebook y utiliza ChatGPT para generar imágenes virales sin ningún filtro humano.

Las propias empresas tecnológicas reconocen el problema. Google ha admitido un aumento de contenido poco fiable en sus resultados de búsqueda y se ha comprometido a combatirlo. Sam Altman, CEO de OpenAI, ha reconocido recientemente la gravedad del deterioro de la web: “Nunca me tomé en serio la Teoría del Internet Muerto, pero ahora parece que hay muchísimas cuentas gestionadas por LLMs”.

El impacto va más allá de la desinformación. El contenido generado por IA sepulta progresivamente las páginas web creadas antes del auge de estos modelos. Un estudio reciente revela que la vida media de un enlace en Internet es de apenas dos años; el 64,7% de las páginas archivadas entre 1996 y 2021 han desaparecido. El Pew Research Center confirma que, en 2014, ya no existía el 38% de las webs creadas solo un año antes. Si la tendencia continúa, pronto podría no quedar rastro del Internet que conocimos.

En este nuevo escenario, la Generación Z busca autenticidad y conexión humana en plataformas donde aún puede encontrarla, aunque cada vez sea más difícil distinguir lo real de lo artificial.

Germán Huertas

Investigador Tecnológico y Pensador Independiente. #NoCode #IA

REDACTOR JEFE

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El Mejor Momento para aprender IA

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La Generación Z está revolucionando la forma de buscar información en Internet. Cada vez más jóvenes prefieren acudir a ChatGPT y redes sociales como TikTok antes que a Google. “Busco primero en TikTok porque puedo ver experiencias de personas de mi edad, que me parecen más sinceras”, explica una usuaria. Este cambio refleja una transformación profunda en la manera en que interactuamos con la red.

El concepto de “Internet muerto” ha dejado de ser una simple teoría conspirativa para convertirse en una descripción realista del estado actual de la web. Según esta idea, desde 2016 el contenido generado por humanos ha sido desplazado progresivamente por publicaciones creadas por máquinas. La irrupción de modelos de inteligencia artificial como ChatGPT, Gemini o Apple Intelligence ha acelerado este proceso. El Instituto de Estudios Futuros de Copenhague estima que, para 2030, el 99% del contenido online será generado por IA.

Las cifras respaldan esta tendencia. NewsGuard, una empresa de seguridad digital, ha identificado más de 1.271 sitios de noticias operados exclusivamente por IA, muchos de los cuales simulan ser medios locales o especializados. Estos portales suelen difundir información falsa sobre figuras públicas, eventos inventados o noticias antiguas presentadas como actuales.

La desinformación es solo una de las consecuencias de este auge de la IA. También se distorsionan percepciones sobre gustos, opiniones e incluso tendencias políticas. El informe Bad Bot 2025, elaborado por Imperva, revela que los bots ya representan el 51% del tráfico en Internet, superando por primera vez a los usuarios humanos. Esto significa que menos de la mitad de los mensajes, publicaciones e interacciones en la red provienen de personas reales.

Esta realidad nos obliga a cuestionar la autenticidad de los comentarios, reseñas y recomendaciones que consumimos a diario. ¿Son genuinas las opiniones sobre productos o películas? ¿Podemos confiar en la popularidad de un vídeo o una canción? La proliferación de bots y contenido automatizado ha creado una red donde la autenticidad es cada vez más difícil de identificar.

La divulgadora Ophelia Pastrana ilustra este fenómeno con un ejemplo cotidiano: un profesor pide a ChatGPT ideas para tareas, los alumnos resuelven esas tareas con ChatGPT y el profesor las corrige usando la misma herramienta. Máquinas interactuando entre sí, con los humanos cada vez más al margen.

En redes sociales como Facebook, el “AI slop” —contenido de baja calidad generado por IA— se multiplica, generando miles de interacciones falsas y simulando comunidades inexistentes. El objetivo no es informar ni entretener, sino captar clics, ya sean de personas o de otros bots. Un creador de contenido en Kenia, entrevistado por la revista New York, administra más de 170 páginas de Facebook y utiliza ChatGPT para generar imágenes virales sin ningún filtro humano.

Las propias empresas tecnológicas reconocen el problema. Google ha admitido un aumento de contenido poco fiable en sus resultados de búsqueda y se ha comprometido a combatirlo. Sam Altman, CEO de OpenAI, ha reconocido recientemente la gravedad del deterioro de la web: “Nunca me tomé en serio la Teoría del Internet Muerto, pero ahora parece que hay muchísimas cuentas gestionadas por LLMs”.

El impacto va más allá de la desinformación. El contenido generado por IA sepulta progresivamente las páginas web creadas antes del auge de estos modelos. Un estudio reciente revela que la vida media de un enlace en Internet es de apenas dos años; el 64,7% de las páginas archivadas entre 1996 y 2021 han desaparecido. El Pew Research Center confirma que, en 2014, ya no existía el 38% de las webs creadas solo un año antes. Si la tendencia continúa, pronto podría no quedar rastro del Internet que conocimos.

En este nuevo escenario, la Generación Z busca autenticidad y conexión humana en plataformas donde aún puede encontrarla, aunque cada vez sea más difícil distinguir lo real de lo artificial.

Germán Huertas

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